En días pasados el periodista José Cárdenas a través de sus espacios informativos en el periódico el Universal y Radio Formula, así como en la red social Twiterr, dio a conocer información sobre el secuestro del Lic. Diego Fernández de Cevallos, revelando una carta dirigida a su hijo mayor instruyéndole sobre la negociación de su rescate e informándole sobre su estado de salud y animo, en un tono angustiante, presento también una fotografía del llamado jefe Diego sosteniendo entre sus manos la revista Proceso del 23 de mayo de 2010 con su foto en portada y artículos periodísticos relativos a su persona, la información revelada por Cárdenas le ha valido pasar de informador a protagonista de la noticia, ha sido censurado, criticado, festejado y reconocido por propios y extraño, se han ocupado de esta información medios nacionales y extranjeros, colegas suyos han dicho que es su actitud esta llena de irresponsabilidad, otros que solo busca fama usando para ello el lamentable secuestro de Fernández de Cevallos. En este remolino se ha puesto a discusión el deber ser del periodista, fundados sus críticos y defensores en motivos éticos así como en el derecho a informar.
En mi opinión la argumentación de unos y de otros ha sido pobre, puesto que no ofrecen con solidez critica los valores éticos y las conductas morales violadas por el periodista Cárdenas, los defensores no han rebatido igualmente con premisas que desestimen los actos contrarios a la ética y la moral en que incurrió, según los detractores, de José Cárdenas, la presentar a l opinión publica la información del caso. Algunos incluso han sugerido que revele sus fuentes, cosa llena de incongruencia y sin sentido viniendo de profesionales de la comunicación que conocen el derecho del periodista a guardar sus fuentes informativas.
Pero en esta tormenta que ha desatado Pepe Cárdenas, se han olvidado creo yo de la opinión publica es decir de usted y de mi que somos los destinatarios de esta información que sirve para normar nuestro criterio y crear justamente la opinión publica, dejando de lado el objeto según creo de poner disposición del publico la información, es decir poner a nuestro alcance los hechos conocidos que nos permiten saber mas allá del mero interés cuasi morboso que producen estos asuntos, la realidad de la vida nacional, que nos permita decidir y actuar como sociedad, en los mas diversos aspectos como evaluar la gestión de gobierno y en desempeño de los actores políticos titulares de los poderes y a quienes con nuestro voto hemos dado el mandato de dirigir este país.
Espero sus aportaciones en este modesto espacio que a diferencia de los medios llamémosle formales de comunicación masiva, tiene el objetivo de analizar y debatir entre quienes formamos la opinión pública.
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