¿Quién ganó el debate?
¿Se ganan los debates?
El domingo 23 de Abril del 2018, pudimos observar
un ejercicio electoral, al que le han llamado desde hace unos años debate de
candidatos a la Presidencia, siempre he diferido de que se le llame así pues el
debate, es una técnica para exponer a un determinado público y con una
determinada finalidad, un tema, tópico, problema, propuesta etc., por ejemplo
el debate en la academia es una de las formas más usuales de resolver una
cuestión, fijar un criterio, definir un concepto, decidir sobre una teoría, una
tesis, en fin, en las aulas a todos niveles sirve para formar el pensamiento crítico
de los estudiantes y facilitarles la toma de decisión, de una postura o de la
resolución de un problema, el debate es utilizado también en un parlamento, para
crear, modificar, aprobar, derogar, abrogar una ley, en el ámbito de los
órganos jurisdiccionales ( tribunales) tiene la importantísima función de
obtener una resolución judicial planteando un debate ante el titular del órgano
e incluso para llegar a esta decisión cuando son tribunales colegiados mediante
el debate se llega a la decisión final.
Podemos concluir entonces que un debate presenta
una postura, una propuesta, una tesis para llegar a una decisión final, para
que una persona, un grupo de estas o toda una sociedad decida, así pues un
debate no se gana, se convence sobre las bondades, beneficios, certeza, razón,
viabilidad de un proyecto, un problema, una propuesta etc. etc. así las cosas
la finalidad de un verdadero debate entre los aspirantes a encabezar el Poder
ejecutivo de nuestro país debería en principio permitir a los gobernados, conocer
las propuestas sobre asuntos de importancia y relevancia nacional, de sus
proyectos de gobierno, de sus políticas públicas, evaluar sobre la viabilidad y
posibilidad real de que se lleven a cabo y que sean de beneficio colectivo e
individual para cada gobernado, sus familias, sus desarrollo, su patrimonio, en
fin en todos los aspectos en que la función de gobierno nos afecta a los
individuos.
Bajo esta perspectiva es claro que un debate no se
gana pues no es un concurso de popularidad, de empatía, de oratoria, sino que
debe llegar el convencimiento sobre estas propuestas y planteamientos y sobre
las formas, tiempos, plazos y factibilidad real para llevarse a cabo.
El ejercicio que hemos visto, este último mucho mejor
que los pasados pero aún insuficiente y por supuesto no un verdadero debate, es
más bien parecido al circo Romano, donde lo más festejado son las ocurrencias,
los ataques, las descalificaciones, los golpes bajos, las revelaciones y toda
esa suerte de exhibiciones más bien morbosas que de razones y críticas, los
opinantes profesionales, los aficionados, los periodistas, los famosos de las
redes sociales, dan ganador a uno u otro candidato según su empatía, su
interés, su filiación, su afinidad, pero no con un verdadero sentido crítico,
objetivo, analítico y razonado, no se refieren a que en la realidad ninguno
hizo una verdadera propuesta, esbozaron ideas generales, plantearon ciertos
ejes de actuación, no proporcionaron algún espacio donde estén las propuestas,
los argumentos, las razones, los métodos y la factibilidad de llevar a cabo
esas líneas generales o bosquejos de propuestas a las que hicieron referencia en
el mal llamado debate.
La gran mayoría pasó por alto, cuestiones que deben
ser valoradas y analizadas en una verdadera tasación o ponderación sobre las características
que hoy por hoy requiere el futuro titular del Poder Ejecutivo de México, un
primer hecho importantísimo es que tres de los cinco candidatos, Margarita
Zavala, José Antonio Meade y Ricardo Anaya son licenciados en derecho, ciertamente
hasta donde se sólo y por poco tiempo la única que ha postulado es la Lic.
Zavala, concentrándose más bien su desempeño en tareas legislativas y de política,
Anaya a trabajado en el servicio público
en áreas más bien políticas y no jurídica y tampoco en la academia, Meade
igualmente ha sido servidor público y con mayor experiencia, desempeño y
trayectoria en su otra profesión es decir la economía. Pero a pesar de esto está
su formación como licenciados en derecho.
Un aspirante a ser presidente, no puede, no debe,
más que ningún otro gobernado o servidor público, pasar por alto al derecho,
mucho más cuando un reclamo de la sociedad es el fortalecer el estado de
Derecho al ser uno de los principales problemas que afectan la vida social, política
y económica de México, igualmente un presidente no puede decir mentiras,
verdades a medias o dar información alejada de la verdad, de la razón, de la
realidad con el fin de “convencer” sobre
su postura, en este contexto es lamentable que tres aspirantes abogados de
profesión mientan o peor aún desconozcan que la amnistía no es lo mismo que indulto
y perdón, que no se aplica en general a todos los sentenciados, imputados o investigados
en un procedimiento jurisdiccional, la amnistía es según Francesco Antonelli …”la
aplicación de una norma general mediante la cual el Estado, desiste de la
aplicación de una pena para un determinado delito”… Rodríguez Borja
dice de la amnistía …”la “raíz griega de amnistía es la misma que la de amnesia, que quiere
decir olvido. Proviene de a-mnestis, que significa “sin-recuerdo”…
Estanislao
Mancini define la amnistía como “el
poder del Estado de suspender la aplicabilidad de una o más normas penales
respecto a un determinado período de tiempo ya transcurrido”, la amnistía pues
en palabras más sencillas es el acto jurídico mediante el cual el Estado
desiste de aplicar la sanción o la pena correspondiente a determinados delitos
también por determinadas circunstancias, políticas, jurídicas o sociales, no es
perdonar, no es indultar, no es impunidad.
En diversas sociedades y
épocas se ha recurrido a la amnistía cuando se producen cambios en el sistema
político de un Estado y en situaciones en que se busca la reconciliación
nacional, por hechos graves como guerras, revoluciones o gobiernos que llegaron
al poder por vías no democráticas o legales.
Dos juristas de siglos distintos, Charles Louis de
Secondat, barón de Montesquieu y Luigi Cremani son dos de los más destacados
defensores de la amnistía y sus utilidades en ciertos casos, al estimar que es
un principio de prudencia política; por su parte, Joshep Story y Pasquale Mancini
coinciden en fundar en la soberanía misma del Estado la amnistía al decir que …“la
potestad de clemencia es un atributo de la soberanía”. Sin profundizar la
discusión, cabe recordar que, en determinadas circunstancias, “es más útil
perdonar que castigar, más acertado olvidar que perseguir”…
En conclusión la figura de la amnistía aparece en
distintas épocas de la historia de México y el mundo, como una medida de
carácter jurídico-político extraordinario, inclinado a apaciguar los rencores y
resentimientos inseparables de las luchas sociales y políticas o en situaciones
extraordinarias como las que vivimos en México como consecuencia del
crecimiento de la delincuencia organizada, bajo el amparo, protección y complicidad
de malos servidores públicos y autoridades corruptas, una estrategia fallida, planteada
como una “guerra”, la falta de implementación del sistema de justicia penal
adversarial, la continuación de una política con estrategias erróneas en la
actual administración, el aumento en el consumo de drogas ilícitas y lícitas y
la migración de bandas organizadas a otros delitos como el secuestro, la
extorsión entre otros.
Un dato más que debe tomarse en cuenta, la Asamblea
General de la Organización de las Naciones Unidas, aprobó un Pacto
Internacional mediante la resolución 2200 (XXI) el 16 de diciembre de 1966, que
entró en vigor el 23 de marzo de 1976. En la Parte III, artículo 6, inciso 4,
se establece …“Toda persona condenada a muerte tendrá derecho a solicitar el indulto
o la conmutación de la pena. La amnistía, el indulto o la conmutación de la
pena capital podrán ser concedidos en todos los casos”… Aun cuando el
perdón por los delitos políticos ya existía en la legislación de muchos de los
estados integrantes de la ONU, es a partir de este Pacto que se hizo extensiva
a todos la obligación de incluir en sus legislaciones nacionales la posibilidad
de conceder la amnistía o el indulto, tanto por delitos políticos penales o civiles.
La facultad de conceder la amnistía se otorga tanto al Poder Legislativo como
al Poder Ejecutivo, en México el artículo 73 fracción XII de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos establece… Artículo
73. El Congreso tiene facultad:
XXII. Para conceder amnistías por delitos cuyo
conocimiento pertenezca a los tribunales de la Federación”… En los
Estados Unidos, esta facultad es ejercida por el Presidente y los Gobernadores.
Desde el punto de vista que se vea, bajo las
justificaciones que busquen, es absolutamente grave e inadmisible que tres
candidatos que a pesar de no ser juristas pero si licenciados en derecho,
mientan sobre la figura de la amnistía y peor aún, que es claramente el caso, ignoren, desconozcan que es la amnistía como
figura jurídica, sus alcances, sus antecedentes en el derecho Nacional e
Internacional.
Igualmente el candidato Anaya y el candidato Meade
dieron líneas generales sobre el tema de Seguridad Pública, hablaron de
prevención, de más deporte, de inteligencia, de disuasión, a grandes rasgos, sin
profundizar en cada tema no sólo en el debate, en estos días posteriores, la
prevención no es fortalecer los valores y las conductas positivas a través del
deporte que claro que es bueno, pero en materia de seguridad pública no es
prevención, los controles preventivos, las acciones de prevención contra
ciertos delitos, conductas, fenómenos delictivos, tiene otros alcances y características,
ignoran los dos candidatos que la ONU ha emitido diversas políticas,
protocolos, opiniones, estudios sobre la prevención en materia de seguridad pública,
la inteligencia no es prevención tampoco, es una herramienta sí que sirve para
la prevención, pero también para la investigación y persecución del delito, Mark
M Lowenthal uno de los más reconocidos expertos en inteligencia policial, en su
libro Intelligence: From Secrets to Policy, dice de la inteligencia, Los servicios de inteligencia son organismos de la administración
pública a los que se encomiendan cuatro funciones fundamentales, a saber:
Evitar las sorpresas estratégicas y, en la medida
de lo posible, las tácticas. Para lo que deben detectar y seguir la evolución
de actores, acontecimientos y tendencias que supongan un riesgo o amenaza a la
seguridad nacional, entendida esta como la interior y exterior.
Proporcionar asesoramiento experto permanente. Esto es
una función permanente y continua en la información y servicios
independientemente del paso de los titulares de organismos y dependencias.
Asesorar al proceso político.
Relacionado lo anterior con la función anterior, en su quehacer diario el gobierno
y los otros órganos del Estado requieren de inteligencia estratégica y actual
que contextualice las situaciones, ofrezca perspectiva, complemente la
información de los medios de comunicación, ofrezca valoraciones, etc.
Mantener el secreto de la inteligencia, necesidades
y métodos. Otra de las funciones clave de los servicios es la Contrainteligencia.
Es decir, la protección de la inteligencia en su triple acepción de
institución, proceso y resultado.
Es decir la inteligencia no es en realidad como
plantea Anaya el uso de tecnologías simplemente, ni de análisis, sino de todo
un complejo sistema que engloba los diversos aspectos de la seguridad Nacional,
en su aspecto interior, es decir la seguridad ciudadana, pero también las
amenazas a la seguridad Nacional en su aspecto exterior o las amenazas que
vienen fuera del territorio nacional que tiene mucho que ver por ejemplo con el
narcotráfico.
De ahí mi consideración sobre el calificativo del candidato
“Ganador del debate”, en el sentido de reconocer que es un buen polemista, buen
orador, maneja muy bien su figura, su gesticulación, la retórica, pero en
realidad no sabe de lo que habla, no conoce los temas a fondo, no es un buen
abogado y menos un jurista, de lo anterior ¿es entonces valido llamarle
ganador, puede llamársele ganador a un candidato ignorante y mentiroso, que
engaña con su labia pero no tiene sustento ni conocimiento de los temas que
toca?
Por esto es necesario evolucionar a un verdadero y
real debate no a una exhibición, un show de ataques , por cierto ataques cuatro
contra uno, un espacio de oratoria, no de exposición de argumentos, de
propuestas, de proyectos viables, verdaderos y sustentados.
Vale la pena reflexionar bien el voto.
"No todo lo que brilla es oro"
Adolfo Merelles R. ® 2018